Los cambios en los hábitos de consumo y movilidad obligan a redimensionar la red física, sin embargo, su valor se ve fortalecido por ser pieza central en la experiencia de cliente, así como fundamental para soportar la actividad logística. En este nuevo contexto el punto de venta físico se ha convertido en un activo estratégico para las compañías: los nativos digitales lo necesitan para la fidelización de clientes, mientras que los retailers tradicionales lo deben usar como activo para impulsar la parte más emocional del proceso de compra. En ese sentido nuestra propuesta se construye sobre elementos como: Dimensionamiento y optimización de la red física, Adecuación del surtido a nuevos formatos, Digitalización y Blockchain o la Seguridad.
Otorgar la funcionalidad adecuada a nuestros activos físicos.